Aunque algunas personas pueden ocultar su comprensión de la hipnosis en el misticismo, la ciencia detrás de esta práctica es profunda. La hipnosis se puede utilizar como una herramienta en terapia que permita a la persona relajarse, desapegarse de los sentimientos de timidez y adoptar una mentalidad de juicio suspendido (Jiang et al., 2017). Así, la persona puede dirigir mejor su atención internamente y volverse más propensa a aceptar sugerencias provenientes de sí misma o de un practicante (Williamson, 2019).
En este estado reflexivo, las personas pueden usar su imaginación a su favor. Por ejemplo, pueden imaginarse un ambiente agradable para mantener la calma que pueda permitir un mejor control físico y emocional.
La mayoría de las personas pueden recibir y beneficiarse de sugerencias (Elkins, 2021). Las pruebas confiables, como las Escalas de Susceptibilidad Hipnótica de Stanford, son el estándar de oro para medir la “hipnotizabilidad” (Vanhaudenhuyse et al., 2019)
Las investigaciones han demostrado la eficacia de la hipnosis en el tratamiento de afecciones como el dolor, la ansiedad, la depresión, los dolores de cabeza y el síndrome del intestino irritable (Jensen et al., 2015a). También hay muchos informes de casos que muestran su eficacia para tratar los trastornos alimentarios (Walsh, 2008), el TOC (Proescher, 2010), las fobias (Anbar et al., 2023), la dificultad para respirar (Anbar, 2001) y el trastorno por uso de sustancias ( Orman, 1991), aunque es necesario realizar investigaciones para validar si las observaciones realizadas con personas individuales pueden generalizarse de manera confiable.
Este artículo profundizará en la neurología detrás de la hipnosis y la intrincada relación entre la mente y el cuerpo humanos que facilita la interacción terapéutica.
Te conviertes en lo que piensas
Las experiencias hipnóticas sensoriales que involucran la vista, el sonido y el tacto activan las mismas regiones del cerebro específicas de esos sentidos (Williamson, 2019).
Cuando visualizas un ambiente relajante y activas mentalmente tus sentidos, tu cerebro se estimula como si estuvieras allí.
Incluso el dolor inducido hipnóticamente activa la misma gran red de regiones cerebrales normalmente desencadenadas por algo físico, lo que lleva a la percepción del dolor (Derbyshire et al., 2004).
Así como la imaginación puede hacer que las sensaciones experimentadas mentalmente parezcan reales, también tiene el potencial de aumentar los sentimientos de ansiedad. Algunas personas con ansiedad usan involuntariamente su imaginación para imaginar situaciones que les provocan ansiedad, lo que genera aún más ansiedad.
Esto significa que ciertas sustancias químicas asociadas con la sensación de estrés, como la epinefrina, pueden producirse e ingresar al torrente sanguíneo, en función de una amenaza imaginaria, incluso si la persona no se encuentra en una situación de lucha o huida de la vida real (Williamson, 2019).
También pueden producirse cambios significativos en la fuerza muscular como resultado del entrenamiento mental sin esfuerzo físico (Slimani et al., 2016).
Se han registrado respuestas fisiológicas de aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración como resultado de imaginar ejercicio (Slimani et al., 2016).
En un estudio, después de 12 semanas de realizar contracciones mentales de los músculos, dos grupos experimentales mostraron cambios significativos en la fuerza del codo o de los dedos, respectivamente, en comparación con el grupo de control (Ranganathan et al., 2004). Al intentar repetidamente activar mentalmente ciertos grupos de músculos, se cree que se fortalece la comunicación entre el sistema nervioso central y las regiones musculares (Ranganathan et al., 2004). El proceso mediante el cual se fortalece esta conexión aún está por dilucidarse (Slimani et al., 2016).
Excitación parasimpática
¿Por qué la hipnosis tiene tanta influencia en el cuerpo y la mente?
La respuesta está en comprender el sistema nervioso autónomo, que ayuda a mantenerse con vida regulando actividades corporales involuntarias como la frecuencia cardíaca y el funcionamiento de los órganos (Waxenbaum et al., 2023).
La parte del sistema nervioso autónomo responsable de la relajación es el sistema nervioso parasimpático (SNP), comúnmente conocido como el sistema de “descanso y digestión” del cuerpo (LeBouef et al., 2023).
La hipnosis aumenta la actividad del SNP tanto durante como inmediatamente después de la experiencia, lo que produce relajación del cuerpo, disminución de la ansiedad y reducción de la percepción del dolor (VandeVusse et al., 2010).
Un estudio examinó los efectos de la hipnosis sobre el SNP en personas sometidas a cirugía (Boselli et al., 2018). Los investigadores analizaron el índice de analgesia/nocicepción (ANI), que mide la actividad del SNP mientras alguien está bajo anestesia, y las calificaciones subjetivas de comodidad (0-10) después de la cirugía (Boselli et al. 2018). Encontraron un aumento significativo en la actividad del SNP cuando las personas entraban en un estado de hipnosis antes de recibir anestesia (Boselli et al., 2018), lo que se asoció con mayores niveles de comodidad subjetiva después de la cirugía.
Cambios en las ondas cerebrales
La actividad cerebral involucra sustancias químicas, como en el ejemplo anterior de la epinefrina, pero también requiere electricidad para responder o generar información. Los patrones rítmicos de esta actividad neuronal eléctrica se caracterizan como oscilaciones u ondas cerebrales. Se pueden documentar diferentes tipos de ondas cerebrales con un encefalograma (EEG) y están más asociadas con ciertos estados cerebrales (Başar, 2013).
Por ejemplo, las ondas alfa siempre ocurren, pero aumentan durante el estado de vigilia, mientras que las ondas delta aumentan durante el sueño.
La hipnosis, por otro lado, se asocia con un aumento de las ondas theta y, por lo tanto, puede ser un estado diferente de los estados de vigilia y sueño (Jensen et al., 2015b). Las ondas theta son un conjunto de ondas más lentas, con una alta amplitud asociada con muchas áreas de cognición, incluida la atención, la toma de decisiones, la somnolencia, la excitación emocional y el almacenamiento y recuperación de recuerdos (Jensen et al., 2015b).
Un estudio encontró que la actividad de las ondas theta se asocia positivamente con la hipnosis, niveles más altos de hipnotizabilidad y una menor respuesta al dolor durante la hipnosis (Wolf et al., 2022). Además, las personas altamente hipnotizables muestran una mayor actividad de las ondas theta tanto durante la hipnosis como en las condiciones habituales (Wolf et al., 2022). La asociación de ondas theta puede ser la base de cambios emocionales durante un estado hipnótico.
Asociaciones de regiones cerebrales
Múltiples regiones del cerebro pueden verse afectadas por la inducción a la hipnosis. Si bien no comprendemos completamente todas las regiones del cerebro involucradas en la hipnosis, la corteza cingulada anterior dorsal (dACC), la ínsula y la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC) parecen ser contribuyentes cruciales a la experiencia (Jiang et al., 2017).
El dACC está implicado en innumerables áreas de cognición, pero puede simplificarse diciendo que tiene tres funciones principales (Heilbronner y Hayden, 2016):
Monitorear nuestro entorno en busca de errores, conflictos, ansiedad y recompensas.
Controlar nuestro comportamiento, cambiarlo para que encaje dentro del contexto monitoreado.
Motivarnos hacia el logro de un determinado resultado, generalmente la tarea actual.
La ínsula participa en la función corporal interna y el autocontrol, y la DLPFC participa en la memoria de trabajo, la realización de tareas y la atención (Jiang et al., 2017).
Usando imágenes de resonancia magnética funcional, podemos ver que durante la hipnosis, la actividad dentro del dACC se reduce, disminuyendo la atención externa (Jiang et al., 2017). Esto tiene lugar simultáneamente mientras se fortalece la conexión entre la ínsula y el DLPFC, aumentando la conciencia corporal interna (Jiang et al., 2017).
En resumen
Si bien los mecanismos neuronales subyacentes a la hipnosis aún no se comprenden por completo, implementar la hipnosis puede afectar profundamente nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Podemos optar por practicar la hipnosis en nuestras vidas, obteniendo así beneficios cognitivos y conductuales.
Mac Lancaster obtuvo su licenciatura en Neurociencia Cognitiva y Conductual en UC San Diego. Aneesh Nudurupati es una estudiante de secundaria que ayudó ampliamente con la búsqueda de literatura para este blog.
Autor: Ran D. Anbar, Médico, FAAP, está certificado por la junta tanto en neumología pediátrica así como en pediatría general. Además es autor del nuevo libro.Changing Children’s Lives with Hypnosis: A Journey to the Center.
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